Descripción: El dolor puede ser un medio del que Dios se quiere valer para purificar las imperfecciones, para ejercitar y fortalecer las virtudes, y una oportunidad especial para poder unirnos a los padecimientos de Cristo. El dolor ofrecido nunca es inútil. Sin embargo, la enfermedad, como cualquier otro sufrimiento, nos cuesta y, a veces pensamos, nos supera. De ahí que, en esas circunstancias, experimentemos con especial fuerza la necesidad de orar por nuestra recuperación o, al menos, por la fortaleza para sobrellevarla. Se recogen aquí algunas oraciones, prácticas de piedad, orientaciones y textos especialmente útiles para momentos en que experimentamos la enfermedad. El objetivo es facilitar al enfermo y a sus acompañantes la oración.