JACQUES PHILIPPE: En la Biblia, el Espíritu Santo es el Consolador, la fuerza de lo alto que viene en auxilio de nuestras debilidades. Para nosotros, que somos frágiles, que nos vemos obligados a enfrentarnos a tantos combates y que nos desviamos muy fácilmente, su presencia no debe ser un lujo sino, más bien, un elemento esencial de nuestra vida cristiana. Sin ella, no podemos crecer ni responder al llamado que Dios nos hace. El Espíritu Santo está presente en todos los bautizados y puede orientar y ayudar gracias a los movimientos que genera en las profundidades del alma humana. Aprender a reconocerlos y recibirlos, a estar más atentos a las inspiraciones con las que Dios se dirige a nuestro corazón para estimularlo, nos permitirá avanzar en la vida cristiana y hacerla más libre, más simple, más feliz. La intención de este libro es señalarnos las condiciones prácticas que hacen posible esa docilidad a la acción del Espíritu. - Formato: 12.5X19.5cm - Pags: 104
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