Descripción: En El Salvador en la década de los 70, pocos ricos gobiernan a la gran mayoría pobre. Para mantener el statu quo contra los insurgentes campesinos y organizaciones laborales, el régimen militar embrutece a la población, en particular, los rebeldes que defienden el marxismo. Asesinatos, ejecuciones y desapariciones se convierten en algo común.
Cuando el Vaticano eleva Oscar Arnulfo Romero conservadora (Raul Julia) a arzobispo, los gobernantes militares creen que va a calmar a las masas y los sacerdotes activistas que los apoyan. "Bienaventurados los pacificadores," predica. Al principio, eso es precisamente lo que hace. Pero cuando los soldados presionan a los votantes, disparan indiscriminadamente contra la multitud, torturan a los disidentes, y matan a un sacerdote dedicado y amigo de Romero, el arzobispo condena el régimen en mensajes de radio, reprende a los obispos y hace una marcha campesina en una iglesia ocupada por soldados.
También insulta y desafía al presidente salvadoreño (Harold Cannon), un puño de hierro, que, irónicamente, tiene el mismo apellido que el arzobispo Romero, pero no está relacionado. El país en ese momento está en la agonía de la guerra civil. En 1980, cuando escuadrones de la muerte militares continúan su reinado de terror aunque los institutos gubernamentales llamadas reformas, Romero continúa denunciando, ganando la atención internacional. La película se construye a su clímax, una escena que recrea los acontecimientos del Lunes, 25 de marzo 1980, cuando Romero está presidiendo la misa por su madre recién fallecida. Allí asesinan a Romero.