Descripción: El Evangelio es la fuerza de la Iglesia, es la Palabra de la que ha nacido y por la que vive. El cristianismo comenzó cuando el verbo se hizo carne en el seno de María.
En esta nueva etapa eclesial, debemos retomar el evangelio en nuestras manos, también en nuestras familias, y volver a entretejer una nueva fraternidad entre las personas, una nueva solidaridad, para poder dar la “buena noticia” del amor de Dios a todos, siendo conscientes de nuestros límites, de nuestras debilidades, pero sabiendo también que, escuchando a Jesús, sentiremos cada día su compañía y su bendición.