La historia de la fe en México tiene una profunda raíz en el respeto y devoción a la Virgen de Guadalupe. Aquí se narra la experiencia de un personaje común, de un habitante de estas tierras que, a través de cuatro apariciones de la Virgen, dio a conocer al obispo la voluntad de la Madre de Dios: “Erigir un templo para mostrar y dar todo su amor… oír los lamentos y remediar miserias, penas y dolores”. Se trata de una historia viva que nos invita al conocimiento de María y su encuentro con el Nuevo Mundo.