Los terribles golpes de la vida, físicos o morales, requieren sanación interior. Nuestro Dios vino a salvarnos integralmente. A Él acudimos para pedirle que pase su mano sanadora por nuestro pasado y corte de raíz las circunstancias que generan dolor.
Una sencilla enseñanza que brinda el Padre Carlos Triana, con la esperanza de que a través de ella encontremos el alivio que Dios regala, llevándose nuestras penas.